[ comunicat en valencià ]
Persisten las fugas en los accionadores hidráulicos de las barras de control en la central nuclear de Cofrentes, pese a que todos los accionadores fueron sustituidos en las recargas de 2005 y 2007, en un trabajo calificado por el Consejo de Seguridad Nacional como "de gran envergadura" y "tecnológicamente avanzado". Este hecho demuestra que la corrosión intergranular de la vasija del reactor sigue activa.
La plataforma “Tanquem Cofrents, que integra a las principales organizaciones ecologistas del País Valenciano, así como sindicatos y otras organizaciones cívicas, denuncia que se están produciendo fugas de la vasija del reactor de Cofrentes, que caen en el pozo seco, una zona situada debajo de dicha vasija, sin que la dirección de la central tenga ninguna idea de cuál es la causa de esta fuga.
Según el acta de inspección del Consejo de Seguridad Nuclear expedida el 11 de marzo de 2011 y colgada en la página web del CSN (acta ain_cof_727_11), firmada por los inspectores residentes del CSN en la propia central, correspondiente al periodo entre el 1 de octubre y 31 de diciembre de 2010, se constata una fuga de agua refrigerante en el pozo seco.
Esa fuga de valor 4.000 litros por día se produce en diversos accionadores de las barras de control (CRDs), situados en el pedestal de la vasija del reactor, con los números 20-13, 40-29 y 40-09. En los dos primeros accionadores, según el CSN, existe un pequeño goteo, pero en el último el goteo es continuo. Las barras de control son el principal sistema de parada del reactor en caso de emergencia y han de estar en perfecto estado de funcionamiento. En las centrales de agua en ebullición como Cofrentes, las barras entran desde abajo, por lo que deben ser impulsadas por un sistema hidráulico que hacen funcionar los accionadores. Los seis reactores de Fuskushima-Daiichi son, por cierto, de este tipo.
Hay que destacar que, a pesar de la gravedad del problema, y de que se la dirección de la central reconoce que no sabe cual es su causa, esta ha seguido funcionando a plena potencia, lo que demuestra, una vez más, de que la dirección de la central sigue manteniendo una política de poner en primer lugar la producción eléctrica, y los beneficios económicos por delante de la seguridad de sus trabajadores y de la población en general.
Hay que tener en cuenta que en las recargas de 2005 y 2007 se sustituyeron todas las tuberías de los accionadores de las barras de control, tras la aprobación de un complejo programa de sustitución y de elaboración de nuevas soldaduras por vez primera en esa central nuclear, ya que se producían fugas en esos accionadores, debido a la corrosión intergranular que se produce en el acero de la vasija del reactor. El CSN calificó esas sustituciones en 2007 como un trabajo de “gran envergadura” con una metodología “novedosa y tecnológicamente avanzada”. Esas soldaduras se tuvieron que volver a desoldar y efectuar una nuevas, ya que eran defectuosas las que en primer lugar se efectuaron. Ese hecho retrasó durante varias semanas la conexión de la central nuclear después de la programada recarga del combustible de abril de 2007.
La actual constatación por el CSN de la existencia de nuevas fugas demuestra, o bien que esas soldaduras no fueron efectuadas correctamente o que el proceso de corrosión intergranular continúa deteriorando la integridad de la vasija del reactor.
Aunque el CSN minusvalora la importancia de esas fugas, evaluadas en 4.000 litros por día al final del año 2010, debido a la dilución (“agua del reactor muy diluida”), baja actividad radiactiva y tendencia estabilizada, en nuestra opinión ese hecho tiene una gran importancia, pues viene a demostrar que el proceso de corrosión sigue adelante. Sorprende también que el acta de inspección sea un día posterior a la aprobación de la prórroga del funcionamiento a la CN Cofrentes durante 10 años más por parte del titular del Ministerio de Industria.
También es muy significativa la falta de exigencia y la complicidad del Consejo de Seguridad Nuclear hacia las empresas propietarias de las centrales atómicas que, a pesar de la existencia de este y otros problemas detectados por sus inspectores en la central de Cofrentes, el CSN haya autorizado el 10 de marzo de 2011 la renovación de la licencia de funcionamiento de esta central durante 10 años más.
La plataforma Tanquem Cofrents considera que hay que aprender la lección que el accidente de Fukushima ha dado, y que la seguridad de la ciudadanía exige el cierre inmediato y definitivo de la central de Cofrentes, cuya producción, por otro lado, es fácilmente sustituible y, por tanto, no es necesaria.
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