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dissabte, 11 d’agost del 2012

Ante el descubrimiento de grietas y defectos en el reactor nuclear belga de Doel-3, denunciamos la falta de seguridad de la central de Cofrents

  • Tanquem Cofrents vuelve a denunciar  la relajación en las inspecciones de seguridad de Cofrentes
  • Cofrentes aprobó reducir las inspecciones en las soldaduras de la vasija hace un año con el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)

La plataforma Tanquem Cofrentes, que agrupa los principales grupos ecologistas del País Valenciano, asi como sindicatos, y otras organizaciones de la sociedad civil valenciana,  quiere manifestar:

Ante el descubrimiento de grietas y defectos en la vasija del reactor de la central nuclear de Doel-3 (Bélgica), del mismo fabricante que las de las centrales de Garoña y Cofrentes, se pone nuevamente de manifiesto el enorme peligro que supone el funcionamiento de las centrales nucleares, sobre todo las que ya llevan varias décadas en operación.

Hay que destacar, en primer lugar, que estas grietas, que se supone son debidas a defectos de fabricación, no fueron detectadas en las pruebas de resistencia (stress test) que se realizaron  —impulsadas por la Comisión Europea—  hace sólo unos meses en todas las centrales nucleares europeas a raíz de la catástrofe de Fukushima. Esto da la razón a los ecologistas que ya denunciamos la incoherencia que suponía que estas pruebas las realizaran los mismos técnicos de las empresas nucleares, que tenían un claro interés en que los resultados no reflejaran ningún problema o anomalía. Se ha demostrado, aún más claramente, que la realización de las pruebas de resistencia fue una operación sobre todo de propaganda, para hacer ver que se reaccionaba de algún modo ante el desastre de Fukushima y tranquilizar así a la ciudadanía, que rechaza más mayoritariamente que nunca la energía nuclear.

En segundo lugar, Tanquem Cofrents denuncia que se ha reducido la vigilancia sobre las soldaduras de la vasija del reactor de Cofrentes, justamente las mismas donde han aparecido las grietas en la central de Doel. La dirección de la central ha realizado un cambio, amparándose en cálculos probabilísticos, en sus normas de funcionamiento, por el que ha reducido las inspecciones de estas soldaduras. Concretamente, se ha pasado de tener que realizar una inspección volumétrica del 100% de la totalidad de las soldaduras de la vasija del reactor cada 10 años, a dejar de revisar las soldaduras circunferenciales, y a inspeccionar las soldaduras axiales “lo razonablemente posible”. Esta modificación a la baja en las inspecciones sólo se entiende como una forma se reducir los costes de funcionamiento, y ponen de manifiesto una vez más la política de Iberdrola, la empresa propietaria de la central de Cofrentes, de poner sus inmensos beneficios económicos (recordemos que Cofrentes gana entre medio y un millón de euros netos diarios) por delante de la seguridad de los trabajadores y de la ciudadanía. Pero aun más grave que el comportamiento de Iberdrola es el del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), el órgano regulador que se supone que vela por la seguridad de las centrales nucleares ante la ciudadanía, que aprobó esta modificación en las normas de funcionamiento de la central en la reunión de su pleno de 20 de julio de 2011. Iberdrola y el CSN han obviado la lección más clara que se puede aprender de la catastrofe de Fukushima, y es que los calculos probabilisticos no sirven cuando las consecuencias de un fallo son tan catastróficos como los de la industria nuclear, porque siempre puede aparecer un suceso, que  aunque sea improbable, puede ocurrir, como fue un tsunami de 14 m de altura en Japón, o defectos de fabricación en una pieza crucial, como es el caso que ahora nos ocupa.

Habría que señalar también que la argumentación que están manifestando las empresas nucleares y la administración autonómica de que aquí no puede pasar lo sucedido en Doel-3, porque  en Cofrentes o en Garoña la presión de trabajo de la central es menor, no es más que una falacia. La causa de la corrosión que ha producido las grietas es, además de los defectos de fabricación, sobre todo la radiación neutrónica, concretamente su intensidad y su tiempo de exposición, y Cofrentes tiene una potencia mayor que Doel-3, y lleva funcionando dos años más, mientras que Garoña es 11 años más vieja, aunque su potencia es menor.

También vale la pena recordar que en el historial de Cofrentes ya se cuenta la aparición de fisuras por corrosión en otras partes de la central, como en los accionadores hidráulicos de las barras de control, que tuvieron que ser cambiados en su totalidad, y realizar las correspondientes soldaduras dos veces, por no quedar bien a la primera. Y también que ya durante la construcción de la central hubo un escándalo por la falsificación en las pruebas de calidad  de las soldaduras que desembocaron en el despido del supervisor que lo denunció.

Por todo ello, Tanquem Cofrents exige que, con carácter inmediato, se anule  la mencionada modificación en las normas de funcionamiento, se realicen pruebas exhaustivas del estado de la vasija y que se de una información exhaustiva de los resultados a la ciudadanía. Y vuelve a exigir que el gobierno central respete la opinión publica mayoritaria y cierre a corto plazo las centrales nucleares, en vez de prolongar su funcionamiento como ya está anunciando.

La mayoría de los gobiernos europeos, como Alemania, Suiza o la misma Bélgica donde esta la central de Doel, están cerrando o tienen planificado el cierre de sus centrales nucleares, sobre todo las más antiguas, mientras que el gobierno español va en sentido totalmente contrario, el de alargar su funcionamiento sin fecha final. Esta política tan peligrosa tiene más delito aun cuando aquí lo tenemos incluso más fácil que otros países para cerrar las nucleares por la sobrecapacidad del sistema eléctrico español, la penetración de las energías renovables (el sol y el viento ya producen más electricidad que las nucleares), sin tener que aumentar el precio de la electricidad al consumidor, y con consecuencias muy positivas en términos de empleo, aumento de la independencia energética del exterior y de desarrollo de un sector industrial dinámico, con tecnología propia y con capacidad de exportación; un sector que tanta falta hace en este tiempo de crisis, y que ahora mismo está decayendo por los ataques normativos y las acusaciones infundadas del gobierno a las energías renovables.
 

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